La sincronización como comportamiento dinámico surge de manera natural en una multitud de contextos: los aplausos en una sala de conciertos, el centelleo de un conjunto de luciérnagas, el latir del corazón, el acoplamiento de osciladores mecánicos o electrónicos, entre muchos otros que incluyen comportamientos sociales o en neurociencias.

Desde el punto de vista de modelación matemática y del estudio de sistemas dinámicos, este proceso ofrece una serie de preguntas interesantes, tanto desde la perspectiva de las aplicaciones como de la teoría cualitativa.

En esta plática presentamos una perspectiva de la sincronización como problema matemático.