Por su contribución en el desarrollo del país a través de la generación de empleos, filantropía y el impulso a la educación, el Senado de la República, otorgó a Don Alberto Baillères, presidente de la Junta de Gobierno del ITAM y presidente de Grupo Bal, la medalla Belisario Domínguez, máximo reconocimiento que el Estado Mexicano concede a un ciudadano.
En memoria del prócer chiapaneco, Belisario Domínguez, quien fue un constante opositor al mandato de Victoriano Huerta, y quien fue asesinado el 7 de octubre de 1913; en 1954, se instituyó la entrega de la medalla que lleva su nombre a los hombres y mujeres mexicanos de excepción, cuya actividad pública los ha distinguido por su entrega al servicio de México, al enaltecimiento de la sociedad y a la defensa de los mejores valores.
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Durante la entrega de este reconocimiento estuvieron presentes el presidente del los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto; el Senador y presidente de la Mesa Directiva del Senado, Roberto Gil Zuarth; el Diputado y presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, así como el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, el gobernador del Estado de Chiapas, Manuel Velasco, Secretarios de Estado y Senadores.
En su mensaje, Don Alberto Baillères, se mostró emocionado por la condecoración. Aseguró que su gran amor por México lo ha hecho meritorio a este premio, pero además, es lo que lo mueve y lo ha movido siempre. Asimismo, como representante de los mexicanos dedicados a la actividad empresarial, compartió este logro muchos de ellos, quienes, con su labor que busca el fortalecimiento constante de nuestra patia, erigiendo y diencabezando proyectos que producen bienes y servicios para la sociedad, han servido fiel y eficazmente al país.
Al evocar sus orígenes, habló de la visión de su padre y otros grandes pensadores de su época, quienes establecieron los fundamentos del México actual. Así, recordó que toda su vida fue inspirado por la pasión con que su familia y maestros buscaron contribuir, en todo lo posible, a cimentar una nación soberana, libre, justa y próspera. Aprovechó la ocasión para invitar a todos los ciudadanos a ser parte del cambio que México necesita para convertirse en un país desarrollado, asegurando que durante los últimos 20 años ha tenido una contundente transformación positiva, “Quienes van a cambiar a México somos todos sus ciudadanos, cuando seamos capaces de desterrar el pesimismo y sustituirlo por un optimismo realista y fundado, y con un apasionado amor a nuestra patria“ afirmó.