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Una tarde con el profesor Rafael Ramos
Oficina de Comunicación
Martes 13 de mayo de 2014
0:00h

El profesor Rafael Ramos ha sido un profesor destacado en los casi cuarenta años que lleva trabajando en esta institución. Nos concedió esta entrevista para contar sus pasiones escolares y extraescolares.

Alejandro Durán: ¿Cuáles fueron sus experiencias profesionales antes de entrar a esta universidad?

Profesor Rafael Ramos Alarcón: Trabajé en varios lugares donde duré solo unos meses. Estuve en la Secretaría de Educación Pública, en el Colegio de Ciencias y Humanidades y estuve también en la Facultad de Ciencias Químicas y en la de Ciencias de la UNAM en la que laboré por más de 2 años.

Además estuve en un equipo de investigadores de la facultad de C.Q., donde iniciamos un proyecto de investigación en el año 1976 que involucraba el uso de energías alternativas para contrarrestar la contaminación, tema que la gente en nuestro país empezaba a considerar de importancia.

Por aquella época un amigo me cedió un curso de ecuaciones diferenciales en el ITAM, y después de dos semestres de trabajar  como profesor  de asignatura platiqué con  el entonces rector, el licenciado Javier Beristain. A él le pedí  trabajar como investigador y profesor de tiempo completo en el ITAM,  a lo que de inmediato me respondió: “El  ITAM es tu casa”. Era el año 1977.

AD: Casi cuarenta años.

RR: Más o menos, sí.

AD: ¿Cómo decidió estudiar matemáticas?

RR: Yo estudiaba ingeniería, pero me enamoré  de la que es mi esposa (ella estudiaba matemáticas). Entonces casi siempre me encontraba en la facultad de ciencias de la UNAM. Poco a poco fui alejándome de la ingeniería y me empezaron a gustar mucho las matemáticas. Cuando me di cuenta,  había terminado la carrera de matemáticas y la de ingeniería estaba sin concluir.

AD: ¿Quién es?

RR: Mi esposa es Rita Eugenia Maldonado Lozano.

AD: ¿A qué matemáticos admira?

RR: Yo soy admirador de Euler. Pierre de Fermat es simplemente fenomenal. Hay muchos.

Actualmente hay matemáticos de talla grande en todo el mundo. Aquí en el ITAM.  Juan Carlos Aguilar, por ejemplo, a quien en ocasiones, cuando tengo dudas voy a consultarle y pasamos buenas horas trabajando muy a gusto.

AD: ¿Cuál ha sido su experiencia dentro del ITAM?

RR: Cuando entré a trabajar  al  ITAM  estuve solo un año. Renuncié y me fui a hacer estudios avanzados de economía y  de matemáticas a Estados Unidos. Me pude  adaptar a diferentes  áreas, pues las matemáticas  como herramienta me han dado sorpresas muy agradables.

A mi regreso, en 1984, me incorporé  al ITAM,   y me inicié en investigación  y la docencia pues siempre  me ha gustado trabajar con muchachos.

En limpio, mi experiencia en el ITAM ha sido fenomenal.

AD: ¿Ha tenido alguna interrupción desde el 84?

RR: Tomé varios sabáticos.  En el segundo sabático me fui a la Universidad de Colorado donde trabajé con el Dr. Jones.  La investigación involucraba un equipo que seria de ayuda para que los mudos pudieran comunicarse.

AD: ¿Qué otra investigación ha tenido?

RR: Al regreso de mi segundo sabático impartí  matemáticas a los estudiantes de ingeniería. Este grupo  fue  estupendo, se interesaron mucho porque les interesaba resolver problemas de vida real y para el beneficio de todos.  De esta investigación  salió un boiler solar que es ejemplo de eficiencia y economía dentro de las ingenierías alternativas.

Actualmente el equipo de energías alternativas continúa investigando y entiendo que están trabajando acerca de la posibilidad de obtener energía de los volcanes.

También hice equipo con investigadores de la Universidad de Michigan. Algunos de estos investigadores son egresados del ITAM. Y entre varias experiencias agradables que hemos tenido fue enteramos que un exalumno del ITAM participó en la elaboración de un satélite que actualmente se encuentra en órbita alrededor de la tierra.

AD: ¿Qué experiencias le ha dejado la docencia?, ¿Qué ha aprendido enseñando?

RR: La docencia me ha dejado muchas experiencias agradables. Experiencias de vida. Me apena reconocerlo pero cada vez que pienso en esto llego a la conclusión  de que he aprendido más de los estudiantes que lo que les he enseñado.

No sé si es por mi edad, pero siento que los jóvenes se desperdician, y una de las razones es la falta de educación y  en muchas ocasiones  no saben como  vivir, en el buen sentido de la palabra.

Por ejemplo; en ocasiones cuando  convivimos.  Les pregunto: “¿A que sabe el vino?” y ellos no saben responder.

En un  examen pregunté: “¿qué es el vino?” y los muchachos, confundidos, respondieron: agua molida, fermentada…., etc,. Pero en mi opinión, no atinaron bien a la respuesta pues, el vino, la cerveza y muchas otras cosas han sido parte de la vida del ser humano.  La cerveza, el alcohol, el whiskey son cosas que te pueden matar, es es verdad. Pero estoy convencido de que la ignorancia de estas cosas que son esencia de la vida es mucho peor.

Una de las cosas que me apasiona de la docencia es encontrar con  los estudiantes caminos productivos  en los que se deben tomar decisiones para vivir la vida con intensidad y si es posible  contentos. La vida es siempre algo más.

También aprendí de la docencia a aprender de mis errores.  La mayoría de los estudiantes tienen un pavor inmenso a equivocarse, por lo que cometen el error mas grande: el error de no hacer nada.

De la  docencia aprendí   que los profesores debemos enseñar  no solo conocimientos, sino  vida, lo que es el mundo, el cosmos, las novedades y ver su evolución.

AD: ¿Cuáles son sus talentos?

RR: Me di cuenta  (ya siendo  matemático)  que en la sangre soy escultor. Me encanta hacer cosas con las manos.  He deber tenido 35 años cuando me di cuenta de esto. Desde luego las matemáticas me gustan y me  han ayudado  en este oficio que es mi pasión,  pues muchas de mis esculturas guardan proporciones matemáticas.

AD: ¿Cómo se dio cuenta de eso?

RR: Me di cuenta una vez que llevaba a mis hijos a Chapultepec, nos  encontramos con un tianguis donde se encontraban varios artistas haciendo gala de su talento. Reconozco que ya había experimentado tener esta habilidad en ocasiones anteriores. Pero, en particular, aquel día al observar  al maestro que esculpía la madera de manera tan magistral, sentí una gran emoción y comprendí que este arte era parte de mi vida.

AD: Gracias profesor, ha sido una experiencia muy iluminadora

RR: Gracias a ustedes por escucharme.

Agrego: el mundo es de los jóvenes, busquen, cuestionen, piensen, actúen, disfruten, que su vida sea un goce continuo de producción y satisfacción.  Siento una enorme admiración por ustedes me dejan literalmente con el ojo cuadrado, tienen gran capacidad he inteligencia y ven las cosas de una manera envidiable.  Gracias.

¿Tiene alguna pregunta más?

AD: ¿Cuándo es su próximo concurso?

RR: Es en Taxco,   se van a reunir artistas  mexicanos principalmente escultores jóvenes. Espero encontrarme con buenos competidores, con temas y técnicas nuevas.