El paisaje natural forma parte esencial dentro de la vida y el embellecimiento de las ciudades. Todo auténtico habitar está en comunión con la naturaleza.

Dentro del paisaje urbano, los cuerpos de agua son un elemento protagónico en muchas ciudades. El agua no sólo es un componente esencial para nuestra sobrevivencia, ella es también un elemento estético que exalta la vida y enriquece nuestra experiencia de habitar que no se reduce a barrios ni a ciudades, tiene el poder de unir y dar carácter e identidad a regiones enteras a través de actividades que dignifican la vida de los pobladores y que se transforman en historias y desarrollo de la cultura que florecen cuando se convive cerca de arroyos, ríos, estanques, lagos y mares o a través de fuentes, estanques y ríos artificiales.

Tener una vista a las montañas, poder recorrer los bosques, disfrutar de cielos azules o un paisaje estrellado, salir a hacer recorridos por jardines y parques, o detenerse a contemplar un río o una fuente, debería formar parte de la experiencia cotidiana de ciudad. La creciente contaminación impacta directamente sobre la vida y la estética del paisaje y sus pobladores. El caso del agua no es excepción: el mal diseño de canales, o la ausencia de cuerpos de agua como elementos de embellecimiento de las ciudades, dañan la salud física y psíquica de sus pobladores y degradan la vida cultural de una comunidad. Una mejor comprensión y educación sobre el uso del agua, así como la implementación de medidas que contribuyan a su mejor uso y convivencia beneficiarían la calidad de vida en los barrios, las ciudades y las regiones.

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